¿A dónde vas tan deprisa? ¿Hasta dónde quieres llegar?

¡Si no vas a ir más allá de la estratosfera!

El viaje más largo, más intenso, más barato, más profundo, más duradero y con más beneficios, se hace sin billete, ni de avión ni de tren ni de barco y la única reserva que tienes que hacer es un ratito al día y, además, sin moverte de tu casa.

Hablo del maravilloso viaje hacia ti, hacia tu interior. Las vistas al principio son un poco aburridas, se hacen esperar, pero la constancia te descubre paisajes que no se pueden fotografiar y que no encontrarás en ninguna guía de turismo.

No tenía nada pensado para este artículo, acabo de abrir el Word y me ha venido esta metáfora del viaje para escribir sobre la importancia del trabajo interior. Suelo decir que es el trabajo mejor pagado y los beneficios son para siempre. Al escribir beneficios quizás estés pensando en… ”ojalá diera dinero”. Te diré que no da dinero directamente, pero puede ser la causa de que todo te vaya mejor y afecte positivamente también a tus finanzas.

Es fácil de entender, porque cuando trabajas en tu interior tu mente se equilibra y esto afecta directamente a tu actitud, a tu manera de pensar, a tu forma de afrontar los problemas, a tu manera de responder a las situaciones difíciles. En definitiva, a tu manera de vivir el día a día, el mes a mes, el año a año y así te va cambiando la vida. Estaría mejor decir y ¡así vas cambiando tu vida!

Sé que se habla mucho de todo esto del trabajo interior, de la autoayuda, que hay miles de libros, infinidad de talleres, miles de páginas en Internet y centenares de “gurús” de todos estos temas.

Todo eso está muy bien, algunos mejor que otros, pero lo importante es, qué haces con lo que lees, con lo que aprendes, con lo que encuentras en la red y con lo que escuchas de los “expertos”.

Si no pones en práctica aquello que te llega, aquello que sientes que te puede ayudar, nunca empezarás a “encontrarte”.

Yo solo puedo hablar de mi experiencia y puedo confirmar que se puede cambiar, mejorar, crecer y avanzar; que la vida es diferente cuando te paras y respiras, cuando “simplemente” meditas un rato cada día.

También habrás oído o leído muchísimas veces sobre los beneficios de la meditación, pero ¿has empezado a meditar? Esa es la cuestión, nada pasa cuando nada se hace.

Mejor sería preguntarte primero ¿quieres estar mejor, vivir más feliz, tener más salud, reírte más, dormir mejor, disfrutar de las “pequeñas” cosas de la vida, etc.?

Si la respuesta es SÍ, empieza meditando cada día y ¡muy muy muy importante!, sé constante. No funciona si lo haces un día sí y tres no… Los beneficios se empiezan a ver con la constancia.

Y ahora querrás saber cómo meditar.

Hay muchas formas de hacerlo y puedes encontrar un montón de meditaciones en YouTube y otras tantas que puedes comprar. También puedes acudir a un centro o unirte a un grupo de meditación.

Mi recomendación es que la voz y lo que dice la persona que guía la meditación, sea de tu agrado, que no te “chirríe” su timbre o el contenido de la meditación, porque esto dificultará tu concentración.

  • A mí me encanta una aplicación para meditar que es fantástica, gratis y la puedes instalar en tu móvil o Tablet. Tiene algunas opciones de pago, pero son optativas.
    Aquí te dejo el vínculo: App de meditación
  • También tengo una meditación hecha y grabada por mí, se llama “Meditación de la luZ.
    Aquí tienes el vínculo: Mi «Meditación de la luz»

Sea cual sea la meditación que hagas, si eres constante vas a tener buenos resultados, seguro. Lo irás notando a medida que vayas meditando, cada día y todos los días.

Como te decía antes, hablo por experiencia, aunque tengo muchísimo camino que recorrer aún porque este camino no se acaba nunca.

El comienzo de la sabiduría es el silencio. Pitágoras

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