Levanto la vista y doy gracias por tener la vida que tengo, a pesar de todo y sabiendo que habrá más por lo que llorar y por lo que sufrir. Igual que tú y que el vecino de arriba, todos tenemos o tendremos momentos difíciles. Pero siempre habrá alguien que lo esté pasando peor, no te quita tu parte, pero te hace sentir compasión. Creo que centrarte, aunque sea por un momento, en el sufrimiento de otro, hace que el tuyo se difumine un poco.
En el mundo ocurren desgracias todos los días y, afortunadamente, nos enteramos solo de una pequeña parte. Yo por lo menos, no podría vivir si estuviera informada de todas las desgracias.
Aunque creo que los sufrimientos no se pueden comparar, cada uno lleva lo suyo y lo que a mí me puede parecer algo no tan grave, otra persona lo puede vivir como un gran problema o una situación muy difícil. La manera de ser, las experiencias, el entorno… todo influye en el modo en el que “encajamos” los problemas. Por eso suelo decir que trabajarse interiormente es importante, porque ayuda mucho a adaptarse a lo que venga.
Levantar la vista y mirar alrededor, me hace sentirme afortunada y agradecida. Si pudiera, cambiaría algunas cosas, pero no es posible y, como se suele decir, “así es la vida y hay que seguir”, llorando si hace falta, pero secándome las lágrimas y volviendo a reír cada vez que puedo.
Estamos aquí para vivir, con un poquito de todo, porque “la gracia” está en superar lo que la vida nos ponga delante.
Quizá estés pensando que me hago la fuerte, pero nada de eso. Soy floja cuando me toca, pero me levanto rapidito. Quizá sea porque ya sé que todo pasa, que el dolor se suaviza, que los golpes enseñan y que soy más fuerte de lo que creo (y tú también).
Estoy convencida de que el sentido de la vida es plantarle cara, superarse cada día y hacer todo lo mejor posible. ¿El premio?, para mí el premio es sentirme en paz conmigo y con la vida y, casi estoy segura de que nuestro paso por aquí puntúa para lo que viene después. Si crees que hay algo, muy bien; y si no lo crees, también muy bien. Cada uno tiene su verdad, sus creencias y su forma de ver la vida.
Hoy la veo así, mañana no sé…
Qué grande eres Victoria, qué manera más sencilla y directa de exponer las cosas… me encanta, cuánta razón.
Muchas gracias por leerme y comentar, María.
Un abrazo
Hola Victoria. Me encanta lo que escribes. Lo transmites desde una cercanía y una sencillez exquisita. Siempre me veo reflejada en tus textos. Y hoy especialmente. Una familia cercana ha perdido a su hijita pequeña y no hay palabras para describir ese dolor. Hoy la vida es dura y nos pone a prueba, pero sigue, y nosotros con ella, secándonos las lágrimas, como tu dices.
Un abrazo.
Hola Aurora. Muchas gracias, me alegro mucho de que te guste lo que escribo y de que lo sientas cercano y sencillo.
Siento de verdad la pérdida tan dolorosa de esa familia, imposible describir ni sentir lo que estarán pasando.
No hay consuelo, pero sí, como me dice mucha gente, la vida sigue. No hay otra salida que adaptarse, aceptar, llorar a veces, reír también y continuar.
Un gran abrazo
Tus palabras siempre me hacen tanto bien… Gracias!!!
Qué bien Juana, me alegro de que te sea útil lo que escribo.
Muchas gracias a ti por leerme y dejar tu comentario.
Un abrazo
Precioso, como lo eres tú! Gracias.
Muchas gracias Estíbaliz. Un abrazo